El conflicto palestino-israelí ha estado vigente desde hace más de 100 años y parece que cada vez se intensifica aún más, con respuestas cada vez más violentas y con un cese al fuego bastante lejano. El propósito de este texto es mostrar los procesos históricos que anteceden a este conflicto, desde la firma de la disolución del Imperio Otomano hasta la formación del grupo Hamas. Este artículo hace parte de una saga de cuatro artículos que buscan entender este conflicto desde distintas perspectivas, buscando dar al público general un panorama amplio para aproximarse al mismo.

 

1. El Imperio Otomano

De este a oeste, Palestina está ubicada entre el mar Mediterraneo y el valle del río Jordán; de norte a sur, se localiza entre el río Litani y el Neguev. Este territorio es considerado Tierra Santa para cristianos, judíos y musulmanes, por lo que todas estas religiones le dan una alta importancia.

 

Durante la Primera Guerra Mundial, los británicos, como parte de la triple alianza, tenían un plan para atacar a los otomanos, aliados de Alemania, basándose en esa idea de Tierra Santa”. Hicieron tratados y compromisos con diversos partidos que iban en contra de los ideales del imperio, para poder así desestabilizarlo desde dentro. En retribución, estos partidos podrían formar naciones independientes, con sus propias leyes, territorios y formas de gobierno.

 

Existieron alianzas con distintos grupos importantes, entre ellos los Jóvenes Turcos, pero las relevantes para este artículo son las acordadas con los judíos y con los árabes-palestinos, a los que simultáneamente se les prometió el mismo territorio (lo que hoy llamamos Palestina) una vez el Imperio Otomano hubiese caído. Esto se cumplió, los británicos se reunieron con los franceses para así repartirse el territorio del extinto imperio, creando naciones y estados según iban prometiendo. Estos nuevos países fueron colocados bajo un protectorado, lo que significaba que aunque fuesen “independientes”, los británicos aún podían decidir sobre temas como su economía, su gobierno y, especialmente, su control de migración.

 

Al momento de la repartición del territorio palestino, los británicos decidieron inocentemente dejar a árabes-palestinos y judíos en el mismo territorio, sin pensar en todo el problema que esto podría causar a futuro.

 

1. El Estado de Israel

Con la Segunda Guerra Mundial y el ascenso de Hitler al poder, el antijudaísmo se extendía por toda Europa, provocando una migración de estos más y más alta al territorio palestino. Esto no agradó mucho a los árabes-palestinos residentes y no es como si Reino Unido hubiese puesto limite a esta oleada, por el contrario, apoyó la migración de judíos a este territorio. Los árabes-palestinos se empezaron a organizar en grupos para resistirse a una posible invasión judía, demostrando la “yihad” que tanto proclama el islamismo.

 

Gran Bretaña viendo el gran problema que conllevaba el territorio de Palestina, decidió pasar este problema a manos de la recién creada Organización de las Naciones Unidas, quienes arbitrariamente decidieron dividir el territorio en zonas para israelíes y en zonas para árabes, dejando Jerusalén como territorio internacional. Esta solución, lejos de dar fin al problema, lo intensificó, ya que era evidente quienes salían ganando en el acuerdo. Los judíos se quedaronn con todos los cuerpos de agua y áreas para cultivo, además de ganar la mayoría del territorio (exactamente un 56% de este). Esto para nada fue del agrado de los árabes, elevando aún más las tensiones.

 

Esto lleva a un judío en particular, David Ben-Gurion, a proponer la formación de un Estado para judíos, de modo en que tanto judíos como árabes-palestinos pudieran convivir en un solo Estado. El problema de esta propuesta fueron los varios privilegios que tuvieron que dar a los judíos ortodoxos para que aceptaran, muchos de ellos aún vigentes hasta el día de hoy.Igualmente, se repite el error de no tener en cuenta a los árabes para absolutamente nada, siendo esta propuesta perjudicial para ellos y poniendo la balanza social de este territorio aún más desequilibrada.

 

Pero igualmente, con ayuda de la ONU y Gran Bretaña, el proyecto fue aceptado e Israel se convirtió en un Estado.

 

1. Descontento de oriente, guerras, intifadas y la Nakba

            A los seis días de la formación de Israel como Estado, los árabes-palestinos, junto a sus vecinos Egipto, Transjordania, Siria, Líbano, Irak, Arabia Saudita, Yemen y otro par de ejércitos y guerrillas independientes, le declararon abiertamente la guerra a Israel.

 

            Los detalles de la guerra no son objeto de este artículo, solo hay que saber que Israel ganó y cobró caro por la victoria, quedándose con más territorio del que la ONU le otorgó en un inicio y, en consecuencia, provocando el desplazamiento de más de 700 mil árabes-palestinos Este acontecimiento es conocido como la “Nakba” o catástrofe, traducido del árabe.

 

            Sorprendentemente, los vecinos árabes volvieron a formar ofensivas contra Israel, como la guerra de los seis días y la guerra del Yom Kipur, ambas ganadas por Israel. Para combatir en esta última ya contaba con el apoyo de Estados Unidos para su armamento.

 

            Entre estas guerras surgió un movimiento de levantamiento palestino: la primera intifada, donde con piedras en las manos los jóvenes palestinos se enfrentaron a los tanques israelíes en un intento de frenar la ocupación y mostrarse como nación que también deseaba un Estado propio. La respuesta israelí fue brutal.

 

1. Los fallidos acuerdos de Oslo, la segunda intifada y Hamas

            El pueblo palestino decidió organizarse militarmente, fundando la Organización para la Liberación de Palestina, también conocida como la OLP y comandada por Yasser Arafat. Este grupo, por medio de actos, para unos países catalogados como “terroristas” y para otros como “de resistencia”, logró causar un ruido suficientemente importante para que tanto Israel como todo el mundo pensase en la paz.

 

            Y fue así como, en la ciudad de Oslo en Noruega, Yasser Arafat y el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, se juntaron para intentar llegar a un acuerdo que proporcionara la paz entre israelíes y palestinos. Los acuerdos constaban del reconocimiento de Israel por parte de la OLP y el cese de actividades terroristas, en cambio, Israel debía retirar su ejército de Palestina y reconocer a la OLP como el órgano representante del pueblo palestino.

 

Ninguno de los dos bandos cumplió sus acuerdos. Israel siguió con la represión militar y, en respuesta, surgió la segunda intifada. Esta vez estaba comandada militarmente por un brazo armado que previamente formó parte de la OLP y se había indignado por como Yasser Arafat manejó los acuerdos. De este brazo surgió Hamas, la organización que finalmente logró poner en Jaque a Israel, demostrando suficiente poder como para resistir. Hamas abiertamente dice que su objetivo como organización es la destrucción del estado de Israel para instaurar un régimen nacionalista en Palestina y, viendo como su brazo político puntúa en las elecciones, parece representar un deseo común entre la población palestina, por lo menos en la construcción de un Estado legítimo palestino.

Todo esto nos lleva al hoy, Israel no solo tiene que preocuparse por los grupos de resistencia palestina, también tiene a sus vecinos libaneses con el grupo terrorista Hezbollah constantemente amenazándolos junto con el gobierno de Irak y, aunque las ayudas de Occidente hacen su parter, el público internacional cada vez está menos a favor de la imagen de Israel, con una historia evidentemente manchada. Desde este artículo, creo que los siguientes años serán decisivos para conocer el futuro de Israel. Hay muchos movimientos armados en su contra e incluso encuentra rechazo dentro de su propia población, por lo que, si de alguna manera pierden el apoyo estadounidense con las nuevas elecciones de 2024, tendrán que ver otras maneras de salir de este conflicto.

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Por: Niver Emiro Vides Daza